Está receta de bizcocho es de esas que hay que aprenderse de memoria porque sirve para todo, para tomarlo con un buen chocolate a la taza, como base para montar una tarta o para rellenarlo y cubrirlo con calatrava, por ejemplo. Esta tarde hemos optado por la primera opción y ha salido muy bien, tanto el chocolate como el bizcocho. Nos hemos juntado unos cuantos a merendar y a arreglar el mundo mundial, hemos echado la tarde del domingo muy agustito.
Ingredientes para un molde redondo desmontable de 25 cm:
5 huevos
250g de harina (50g x huevo)
250g de azúcar (ídem)
Una cucharadita de levadura en polvo
La ralladura de un limón
Aroma de vainilla o azúcar vainillado
Una pizca de sal
75ml de agua y aceite o sólo aceite o leche o zumo de limón, (15ml de líquido por huevo).
Separamos las claras de las yemas, les añadimos una pizca de sal y batimos con las varillas a punto de nieve, cuando casi estén añadimos la mitad del azúcar y acabamos el merengue. Reservamos.
En otro bol, batimos las yemas con el resto del azúcar, la ralladura de limón, la esencia de vainilla y el líquido. Tamizamos la harina y la levadura, la incorporamos y seguimos ligando. Una vez formada la masa vamos añadiendo poco a poco el merengue con movimientos envolventes para no romperlo.
Calentamos el horno a 200°, engrasamos el molde,o l cubrimos con papel de horno, incorporamos la masa, golpeamos contra la encimera para eliminar posibles burbujas y metemos en el horno a una altura media durante 40-50 minutos bajando la Tª a 180º.
Miramos cuando lleve unos 40 minutos, movemos y si aún tiembla, dejamos 10 minutos más, si no, pinchamos y comprobamos que esté listo.
Dejamos enfriar, dejando la puerta del horno abierta unos 15 min para que no haya diferencia de temperaturas, lo sacamos y dejamos que se termine de enfriar sobre la encimera, desmoldamos y decoramos con azúcar glass y unos hilos de sirope de chocolate.
Suele resultar muy esponjoso y muy rico.