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domingo, 2 de diciembre de 2018

Tarta de queso

Llegó diciembre y llegaron las comidas de Navidad. Este año la de los peregrinos  ha sido en los Agustinos y el padre Alberto nos ha preparado una paella de conejo la mar de rica. La idea de celebrarla allí insuperable, genial. Lo primero, no nos han echado a las 7 de la tarde, y lo segundo hemos estado como en casa, nos faltaba andar en zapatillas.
Tras la paella llegaron los postres, entre costradas, pudin, tarta de manzana y profiteroles, lo mío, este año, tarta de queso.
Dejo receta.
Ingredientes:
2 tarrinas de Philadelphia
500ml de nata para montar la Asturiana
5 huevos
340g de azúcar
1 cucharada sopera de harina.

Calentamos el horno a 200 grados mientras preparamos la mezcla.
Forramos un molde redondo desmontable con una capa doble de papel de horno humerecido.
Montamos la nata.
En un recipiente hondo añadimos todos los ingredientes y batimos con las varillas hasta que no queden grumos.
Volcamos en el molde y metemos al horno a 180-200grados durante 40 minutos.
La tarta sube muchísimo aunque luego baja. Debe quedar temblona y doradita oscura por arriba.
Pasados los 40 min, la dejamos en el horno con la puerta entreabierta que se enfríe y luego a la nevera.
Al servir, la desmoldamos y añadimos queso manchego rallado por encima.

domingo, 22 de abril de 2018

Bizcocho básico

Está receta de bizcocho es de esas que hay que aprenderse de memoria porque sirve para todo, para tomarlo con un buen chocolate a la taza, como base para montar una tarta o para rellenarlo y cubrirlo con calatrava, por ejemplo. Esta tarde hemos optado por la primera opción y ha salido muy bien, tanto el chocolate como el bizcocho. Nos hemos juntado unos cuantos a merendar y a arreglar el mundo mundial, hemos echado la tarde del domingo muy agustito.


Ingredientes para un molde redondo desmontable de 25 cm:
5 huevos
250g de harina (50g x huevo)
250g de azúcar (ídem)
Una cucharadita de levadura en polvo
La ralladura de un limón
Aroma de vainilla o azúcar vainillado
Una pizca de sal
75ml de agua y aceite o sólo aceite o leche o zumo de limón,  (15ml de líquido por huevo).

Separamos las claras de las yemas, les añadimos una pizca de sal y batimos con las varillas a punto de nieve, cuando casi estén añadimos la mitad del azúcar y acabamos el merengue. Reservamos.


En otro bol, batimos las yemas  con el resto del azúcar, la ralladura de limón, la esencia de vainilla y el líquido. Tamizamos la harina y la levadura, la incorporamos y seguimos ligando. Una vez formada la masa vamos añadiendo poco a poco el merengue con movimientos envolventes para no romperlo.

Calentamos el horno a 200°, engrasamos el molde,o l cubrimos con papel de horno, incorporamos la masa, golpeamos contra la encimera para eliminar posibles burbujas y metemos en el horno a una altura media durante 40-50 minutos bajando la Tª a 180º.

Miramos cuando lleve unos 40 minutos, movemos y si aún tiembla, dejamos 10 minutos más, si no, pinchamos y comprobamos que esté listo.

Dejamos enfriar, dejando la puerta del horno abierta unos 15 min para que no haya diferencia de temperaturas, lo sacamos y dejamos que se termine de enfriar sobre la encimera, desmoldamos y decoramos con azúcar glass y unos hilos de sirope de chocolate.
Suele resultar muy esponjoso y muy rico.






domingo, 11 de marzo de 2018

Fabada norteña

Acabando el mes de agosto servidora, junto con mi media naranja y un puñado de amigos, nos encontrábamos en Olibhander, tienda de ultramarinos de postín en la Calle Mayor de Palencia,  comprando cecina y riberitas del Duero por aquello del "algo habrá que llevarse de recuerdo de este viajecito además de un imán para la nevera", que por cierto, no compré. En esto, que haciendo tiempo mientras esperaba turno, fui a fijarme en unos sacos de legumbres dispuestos en el suelo, llamaron mi atención el tamaño de las fabes. Le pregunté a la moza y me dijo: " lleveselas señora, son de la tierra y como todo lo que aquí se cría, de una calidad excelente". De allí que me fui con mi paquetón de kilo de fabes XXL a granel, junto con la promesa de invitar a la compaña cuando las cocinara, una vez llegado el invierno. 
Y aquí estamos, que un dia por otro las fabes guardadas y sin cocinar, hasta que dije " o nos las comemos o germinan". Así que este sábado me puse manos al fogón, aunque en realidad fue el jueves cuando comencé a gestionar el contundente plato.
Lástima que no tengamos una casa con un buen salón comedor donde meter a 20, porque hubo para repartir y se echó de menos al resto del grupo. Deberíamos hacer como los vascos y formar una sociedad gastronómica con su local para reuniones.

Delantal, buen pimentón de la Vera, y paciencia, mucha paciencia, eso es lo necesario para preparar este potaje tan rico.

Ingredientes para 6 comensales:

1/2 k de judías
2 chorizos asturianos
2 morcillas de cebolla
1 trozo de panceta
1 trozo lacón
1 cebolla
2 hojas de laurel
1 cucharadita de pimentón de la Vera
2 o 3 hebras de azafrán
Sal
Un chorrito de AOVE

En un recipiente bien grande ponemos las fabes en remojo con agua fría, un día antes de cocinarlas, es decir, 48h antes de cuando te las quieras comer. Primero se pondrán arrugaditas y luego comenzaran a hidratarse doblando su tamaño, volverán a ser lisas, preciosas.
En otro recipiente con agua templada y un poco de pimentón ponemos los chorizos y las morcillas.
Y en otro recipiente tambien con agua templada, la panceta y el lacon.
Cuando tengamos las fabes hitratadas, que ya habran pasado de 12 a 20 horas, estaremos listos para comenzar a cocinarlas.
Echamos las judías en una buena olla, cubrimos con agua mineral de botella, añadimos la cebolla cortada en 4 trozos, los chorizos, la panceta y el lacón, los ajos, las hojas de laurel, una cucharadita de pimentón, un chorrito de AOVE y las hebras de azafran que previamente habremos calentado 90s en el microondas y machacado con el mortero.
Cocinamos a fuego fuerte hasta que comience a hervir, le cortamos la coccion añadiendo un par de chorros de agua fria, bajamos el fuego y dejamos que se cocine a fuego lento durante unas 3 horas. Añadimos entonces las morcillas y dejamos media hora mas.
Probamos a ver si estan tiernas y rectificamos de sal.
Dejamos reposar mínimo 3-4 horas antes de servirlas para que se mezclen los sabores.
Recalentamos y podemos presentarla sacando y cortando los sacramentos en plato a parte.
Acompañar de sidra asturiana o un buen vino tinto, como el que nos obsequiaron nuestros invitados.

Tras el postre y la sobremesa, para acabar el dia y digerir las fabes decidimos dar un paseito nocturno por Ceuta, así que con la misma ropa de casa y sin mucha restauración cogí un buen plumas y nos fuimos a la calle donde nos sorprendió un caudaloso chaparrón que en menos de 20 segundos nos dejó empapados. Buscamos refugio en el Santuario de Javi San Martín que entre baile y cánticos nos  amenizó la velada hasta pasadas las 2 de la mañana, cuando la Virgen de la Cueva dió tregua para que volviéramos a casa caminando. 
Buena noche a pesar de la lluvia, mejor ambiente y excelente compañía con esos peregrinos cocinillas.



Buen provecho!